Yo pertenezco a ese tipo de aficionado denominado "motero", de los que nos rompemos el cuello girando la cabeza cada vez que escuchamos rugir a una máquina por la calle, de esos que solo son felices sobre dos ruedas, de esos a los que tal vez solo entiendan otros de su misma especie y allegados (jejejeje).
Y una variante de la familia "motera" somos los que ya tenemos una edad suficiente cómo para apreciar lo que tenemos, amarlo y mimarlo hasta extremos insospechados... incluso se crea un vínculo de fidelidad y complicidad con tu moto difícil de entender y explicar a no ser que lo sientas en propias carnes. Ese vínculo se crea cuando, posiblemente sin saberlo te montas en la moto de tu vida, si es esa lo sentirás, y cuando llegase el momento de venderla para cambiar de montura, no te engañes, si sientes que no debes soltarla no lo hagas, si sientes que algo puede romperse dentro de ti no seas gilipollas, por que esa es la tuya, no te deshagas de ella jamás... Aparecerán motos más grandes, más potentes, más bonitas, pero la tuya es la tuya... si eres motero, siempre llega ese momento.
Y todo ese ladrillazo que he soltado es simplemente para explicar o hacer fácil de entender la cultura de la customización, restauración, construcción y reconstrucción en el mundo de las dos ruedas.
Una tendencia que, no se por que coño, empezó a ponerse de moda entre el público y el cliente asiduos al mercado de la motocicleta. Unos por que siempre les gustó, otros por descubrir ese mundillo, y muchos por el simple hecho de ser "guay" y estar en la onda... ¡¡¡Venga ya, por favor!!! El último caso de gilipollez extrema es customizar una moto y no tener ni pajolera idea de lo que le han hecho realmente, ni tener ni idea del concepto, sin ir más lejos la semana pasada, me encuentro con un conocido, típico motorista de "días señalaitos", dicho por el "la moto la cojo los fines de semana que estan buenos, y el finde de las motos en Jerez... en invierno no la cojo, mucho frío"... ¡¡¡me cago en tu cara, chaval!!! ... Bueno, la cosa es que tiene una SV650, una muy buena base, pero llamar cafe racer a una moto que aparte de los típicos fuelles en la suspensión, la cinta térmica en los colectores, cambio de asiento, de manillar, faro, intermitentes y piloto trasero, no se le ha hecho absolutamente nada de motor. Para empezar carece de colín y manillar de tres piezas, tampoco la posición de conducción es cafe racer, y mil detalles más... tu no te has hecho una cafe racer, te has hecho más bien una Brat Style, pichita. A pesar de ser simples y sutiles cambios estéticos la moto estaba bonita, muy mejorable, pero bonita.
La opción de customizar es la alternativa cuando encontramos a ese "amor de tu vida", cuando aparece esa máquina en tu vida que te hace felíz, y que se convierte en una extensión de tí mismo, ya sabéis de lo que hablo, y los que no ya lo experimentaréis. Cómo digo, por mucho menos de lo que nos puede costar una moto nueva podemos hacer de nuestra máquina algo además de exclusiva... espectacular y única, si consideras que es ella tu "media naranja", no la cambies por otra más joven y más guapa... mímala, amala, y lúcela con sus mejores galas... nada cómo el amor eterno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario